30.5.13

Me has abandonado y por fin te has derivado en sendas marchitas. En mi cielo ya no estás tú sólo una estrella amarga brilla intensamente, pero no importa, realmente no importa, siempre ha sido así. Aunque ya no estés tú conmigo por favor bendíceme, -yo maldeciré a tus óvulos- La luna y el viento lo saben: estoy muriendo en esta hora de delicadas muertes, muero de tristeza, muero de soledad. Mis huesos me abandonan, la luz ya no me reconoce, sólo mi sombra me acaricia. Que los gusanos me amen, que el Ángel de mi guarda se suicide, que los cuervos hurguen en mi vientre. Así soy yo: corona oscura en mis pensamientos, aureola ensangrentada, mirada extraviada, muchas lágrimas, espectros en mi sangre, tumbas en mi palabras, crepúsculos rotos, mi corazón reseco; -creo que es todo- ღWIJDAN